Seguramente unos cuantos habrán pensado "Es imposible hacerlos dormir con un cuentito. No hay nada que los calme"
Pues parece que algún padre muy liberal llegó a la solución.
No será la recomendación del pediatra pero ya empezaron el entrenamiento para acompañar a su padre a tomarse una con los amigos.
No me los imagino al día siguiente en el jardín de infantes con resaca.
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